Pequeño prólogo de libro imaginario

Dicen que las mejores obras de un escritor nacen de sus peores momentos. Algo de cierto hay en eso, en mi caso es todo. Mientras la sirena de la ambulancia suena mimetizandose con el ruido del tráfico, yo escribo una historia. Son las seis de la tarde de un día nublado de Junio. El mundo sigue su rumbo pero estas cuatro paredes crean un universo aparte. Vos sos mi pseudo inspiración, porque nunca tumimos relación de amistad ni nada. Sí, es raro escribir acerca de alguien que conozco poco y nada. Muchos también pensarán que lo que escribo sería una historia inspirada en películas bien romanticonas y que el perfil (uy...muy psicología ya...) que vana tener de mí va a ser de una "hopeless romantic". Don't get confused. Separemos fantasía de realidad.
La historia que escribí hace dos años tiene más de mí que de película romanticona. Será que por eso me sentí rara cuando la profesora la eligió para hacerla una school play. Tantas sensaciones y sentimientos que estando escondidos volvierona a florar. Creo que soy la única persona que sabe el significado especial y original de esa historia que me sigue sorprendiendo como esa primera vez que la leí entera un día de febrero.
Ahora que lo leo...el third act es tal cual, una copia de lo que pasó esa vez.
Afuera ya es de noche. Una gama de azules pardos visten al cielo de noche. Las luces de los edificios crean un efecto de película envidiable. Solamente me falta la banda de sonido compuesta por Hans Zimmer y ya estoy hecha y lista para volver a escribir. Como no hay nada de Hans y mi inspiración hace tiempo que me abandonó...dejo de escribir.

eri alejandra