Me acuerdo que para escribir la primera en el 2009 entre los exámenes y nervios por terminar la carrera me comía por noche todos los cd's de Muse que tenía y logré escribir una novela de 100 hojas que es el día de hoy que nunca me canso de leerla y llevarla a todos lados. Es ahí donde veo cómo cambié en mi modo de escribir las cosas: cosas de índole más madura y más osadas, lo cual me parece que demuestra un gran crecimiento personal y una linda manera de hacer una especie de catarsis y de dejar de tragarme todas esas cosas que siempre quise decir o hacer.
Ahora escucho Muse y no es lo mismo, porque asocio todo a la primer novela. Necesito nueva música, un ambiente nuevo que no sea mi cama; por eso voy a bares y llevo el anotador porque puede que esté comprando manzanas en el supermercado y se me ocurra algo, o haga zapping y esa escena me cautive, o esa línea que dice ese actor en ese preciso momento bien fuera de contexto alguno.
Lo raro es que todas mis protagonistas vienen de una familia de puras mujeres. Siempre hay una hermana menor y una madre compinche. Es para pensarlo, y lo voy a hacer. Es así también que es independiente y que le gusta viajar (ahí hay mucho de mí) y siempre empieza la novela siendo introverida y termina jugándosela por lo que ella quiere. Eso me pasó desde el 2008 hasta ahora. El hecho de que todo haya cambiado 360° en mi vida me hizo observarme más desde afuera, como si yo viera mi vida (a mí misma) como en esas películas donde la protagonista está en coma o algo y se ve a sí misma haciendo las cosas. Todo es tan diferente que a veces da miedo, pero no me arrepiento. Se aprende tanto de esas experiencias. Ahora no intento más el método de "be nice and try to fit in and be liked by everyone". Si no me siento cómoda con algo no me fuerzo a mi misma a hacerlo, sólo produce malestar y falsedad; pero a la vez puedo ver a la persona tal cual es: detecto más fácil cuando existe esa simpatía falsa y amistad superficial. Ya no me importa como antes. Yo vivo mi vida y aprendo del otro, es muy rico.
También me ayudó mucho mi querida y hermosa Talitha que me insertó en el mundo de la lectura sufista. Me recorrí todas las librerías para encontrar ese libro de Rumi. Los devoré y empecé a meterme a observar y estudiar otras religiones, para entender más al otro y en lo que cree. Puede que esté alejada del mundo de la iglesia dominical pero nunca me olvido que ese Dios me cuida y me ayuda a elegir el mejor camino; y que si algo dificultoso se me presenta es porque representa un desafío que tengo que aprender a superar y a encarar. Nunca rendirme. Aprender a escuchar la opinión del otro y respetarla, no intentar convertir al otro en lo que yo creo. Al fin y al cabo, somos hermanos, ¿no?
Me paso mis tardes disfrutando de la naturaleza, todos los días leyendo los tweets de Deepak Chopra y entendiéndolos de verdad, haciendo buenas acciones todos los días e involucrandome en la ayuda al que lo necesita. Y no dando consejos basados en todos esos tres años de teoría psicológica, sino diciendo lo que sale genuinamente de acá adentro. Sé que una palabra de apoyo a alguien que lo necesita de verdad puede cambiar a alguien mucho, sí que lo sé.
Creo que mi vida está basada en esa armonía interna, en conocer gente nueva y adquirir sus buenas cualidades, destacar lo bueno del otro y resaltar lo malo para que lo cambie.
Mirá, terminé hablando de espiritualidad cuando en un principio ni sabía qué escribir. Nunca me hubiera imaginado escribir todo esto. Capaz y hoy pueda lograr escribir algo más en ese documento. Me despido y que pasen una linda noche! Hasta la próxima entrada!
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